
Trae la noche tres coronas
prendidas a mis sueños
que son tres mentiras,
la primera, primorosa,
engarza siete lunas,
llenas de sal blanca
manchada de sangre,
pero en los ojos del mar
que mira al cielo
buscando como yo las siete
tan solo se desmaya una.
La segunda se hizo
con estrellas muertas
que brillan a lo lejos,
deseos apagados,
engañosos reflejos
aunque bellos
de si mismas.
La tercera acoge nubes,
negras igual que las promesas
que te hice
y no quisiste nunca
que cumpliera.
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