I
Un saludo hecho de hielo
tan solo por compromiso
y en el alma ese recelo
de quién perdió el paraíso.
Por la calle nos cruzamos,
nos hablamos y nos vemos,
casi como dos extraños,
qué pena que así acabemos
después de querernos tanto.
II
Una sonrisa forzada,
unas palabras vacías,
esquivando las miradas
dolorosamente frías.
III
Una prisa mal fingida,
mentiras para un rosario,
ocultando las heridas
del corazón y los labios.
IV
Un lacónico hasta luego,
dos besos en las mejillas,
somos unos pobres ciegos
cada uno en una orilla.
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