Quién se acuerda de esos barcos
que a mi Cádiz arribaban
después de cruzar el charco
desde el puerto de la Habana,
oliendo a mar y guayaba.
Quién se acuerda de esas cosas,
las mulatas tan hermosas,
los sombreritos de paja
y los puros en las cajas
con su vitola de rosas.