Foto de Rafael Domínguez Villa
De claridad estrenó borrachera
la ciudad, cielo azul de cartulina.
El rito repetido en cada esquina
hizo al verbo carne en la quimera.
La dulce ceremonia de la espera
apurando la copa que termina
trajo una rosa roja con su espina
y nueva se volvió la primavera.
La tarde regaló niñas hermosas
a las plazas como primeros brotes
de un viejo paraíso que inventamos.
Se alteró la esencia de las cosas.
Por las calles, llenas de capirotes,
te encontré otro Domingo de Ramos.
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