Te quise y ya no te quiero,
sonrío mientras lo digo,
para ti sólo fuí un juego
y ni yo mismo me explico
como pude estar tan ciego.
.
Escucha lo que te digo,
tu camino ha sido en balde,
vete por donde has venido,
la culpa no fue de nadie,
las cosas son como han sido.
.
Sombra de mi sombra oscura,
lamento de mi lamento,
producto de mi locura,
corona que arrastra el viento
buscando mi sepultura.
.
El barco se va perdiendo
por los caminos del mar,
las velas blancas al viento
y una pena por dejar
la bocana de aquel puerto.
.
Parte de mis muchos males
es ser hombre de principios
que tiene malos finales.
.
Te quise sin querer, ahora maldigo
la causa que me trajo esta gran pena,
espina que ha matado la azucena
cizaña que ha crecido con el trigo.
Ayer vivía alegre y hoy mendigo
un rayito de luz de luna llena.
Esperanza sin fe que me condena
al destierro de ya no estar contigo.
Tristeza y desazón, viejas amigas.
Me enferma el alma oscura, me desvela,
un veneno de rosas y de ortigas.
Recuerdo y el recuerdo me encarcela,
a un amor que dejó solo unas migas
y es un sueño que en la mar perdió su vela.
.
Me has hecho perder, niña, los papeles,
escuchando tu voz, cascada pura,
un torrente sonoro de ternura
con ecos de infantiles cascabeles.
Congregan las campanas a los fieles,
seguidores, sin fe, de la dulzura
de la palabra, que inicia singladura
de tu boca al paraíso de las mieles.
Música marina, que trae la brisa
desde el olvido de las caracolas
hasta el final azul de algunas penas.
Claridad absoluta de tu risa,
que enrojece, por mi, las amapolas
que duermen con las blancas azucenas.