José de la Picá 2024 a la Seguirylla. 2º Premio l concurso internacional letras flamencas Hijos de Almachar 24.Segundo Premio Federación Peñas de Huelva de Fandangos 2024.Premio Manuel Machado de la Fragua de la Isla 2024, Premio Antonio Rivas de fandangos de Lucena 2023. Premio soleá 2023 Concurso Internacional Hijos de Almachar. Primer premio letras saetas Peña Buena Gente 2022,Segundo en el Premio Internacional de Letras Flamencas Asociación Hijos de Almachar 2021, premio a la mejor Bulería , premio a la mejor Soleá, 3er premio Saetas Peña Buena Gente Jerez 2021,Accésit Pajaronas de Bujalance 2020, Premio Internacional de Letras Flamencas Asociación Hijos de Almachar 2018, Premio a mejor letra de Malagueña 2018, Ginés Jorquera 2018 de letras de Cartageneras, José de la Picá a la mejor seguiriya 2017, Miguel García Gómez de letras de fandangos de Calañas 2016, Antonio Rivas de letras de fandango de Lucena 2016, Federico García Lorca de letras flamencas 2015, Flor Natural Veracruz de Sevilla 2007, Premio Asociación Empleados de Unicaja 2009 y 2010, Segundo Premio ACRECA 2001, segunda mención de honor concurso de Poesía Atiniense 2011 ( Argentina).
La bandera, descolorida y rota, ondea inquieta movida por el viento en la alta torre de almenas derruidas. Cantan jilgueros la soledad de una derrota por lo demás inútil. Quedó la loma abandonada al tiempo, al olvido impreciso de los días pasados. Vino la luna a lamer las heridas de las piedras y el agua del otoño a llorar por lo perdido lágrimas de sangre, llanto de tierra roja en torrentera oscura hasta el barranco. Amor que exhibió su fortaleza, cercano al cielo y a los pájaros, en este cerro hoy triste. Guarda mi memoria tu olvido en el arcón de sus tesoros, con la nostalgia de esos besos que nunca más darán mis labios secos y el resonar terrible de trompetas de aquellos años de deseo y victoria.
Ojos redondos y dulces que se pintan de luceros con cada sonrisa nueva. Un gesto de niña buena, descuidado y desvalido arreglándose el flequillo de su desmayado pelo. Unos labios mentirosos, de sangre y de rosa rojos como una flor malherida dormida sobre la nieve. Un cuello que busca besos aunque no quiere encontrarlos, los hombros algo caídos de soportar ese peso terrible de la memoria. Su cuerpo, por descubrir, sin querer deja en el aire el calor tibio de mayo, ese de las largas tardes y la luz incandescente. De los pies a la cabeza una coqueta pereza acuna sus movimientos como una vieja niñera. La mirada casi ausente, despierta pero en un sueño. Huele a fresas y a naranjas empapadas de rocío. Un antiguo escalofrío venido desde otro tiempo me atraviesa con mirarla. Qué fácil sería amarla si tuviera corazón y yo no estuviera loco aunque tenga una razón.
Este soneto dedicado a la devoción a la Virgen de las Tristezas ha sido premiado con la segunda mención de honor del premio Atiniense 2011 ( Argentina )
Justo al final del oscuro pasillo la habitación de un hospital cualquiera, en la calle rompió la primavera hecha caudal de vida, luz y brillo. Tiene los ojos vivos de un chiquillo fijos en un rosario de madera, enferma duerme allí su compañera y el tiempo se le ha vuelto ya amarillo. Una estampa arrugada entre las manos de un Cristo que en la cruz ha muerto por llenarnos el alma de certezas. Los pensamientos le parecen vanos y se refugia náufrago en el puerto de una Virgen que acoge sus Tristezas.
Ahora, me pides que sea quien escoja, hoy el paraíso, el infierno mañana, Tú, mi Señor, que hiciste la manzana del pecado tan dulcemente roja. La margarita cruel, que se deshoja en este juego en el que nadie gana, decidirá esta suerte de malsana elección, entre el vacío y la congoja. Elegir el olvido o la memoria, renunciar al amor, por amor puro, en nombre de un sagrado mandamiento. Un eterno castigo, por la gloria azul de un beso en un rincón oscuro. Déjame que lo piense otro momento.