I
Treinta monedas de plata
lo que vale un corazón,
con treinta monedas basta
para vender un amor.
Si mi corazón valiera
treinta monedas de plata
boca abría que lo vendiera
y besando traicionara
solo por treinta monedas.
II
Con un beso como Judas
se consumó la traición
y después su piel desnuda
a otro hombre la entregó.
III
Lo mismito que San Pedro
tres veces me lo negó
pero al terminar de hacerlo
el galló también cantó.
IV
No creas que me condenas
a una sentencia de cruz
que aunque tú no fueras buena
todas no son como tú.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario