
I)
El sol que se reflejaba
moribundo sobre el río
iba bebiendo en el agua
un dolor amargo y frío.
El dolor que yo dejé
por quererte con el alma
y no tener tu querer.
II)
Una luna primeriza
iba estrenando la noche
con una blanca sonrisa
me iba dejando un reproche.
Por qué me riñes a mi
si yo no tengo la culpa
de que esto acabara asi.
III)
Se encendieron las farolas
y los primeros luceros,
la calle se quedó sola,
de estrellas se llenó el cielo.
Se me fueron a clavar
tus ojos como puñales
al ponerme a recordar.
IV)
La mañana se anunciaba
por el lucero del alba,
gracias a Dios que se acaba
esta noche triste y larga.
Ahora te voy a olvidar
que una noche como esta
yo no la vuelvo a pasar.
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