Foto tomada de www.salamancaemocion.es
Un
ángel va enciendo cien luceros
cuando llega la noche a
un cielo claro.
Aunque no hay mar ni
puerto, brilla un faro
donde se cruzan vientos
y senderos.
Ocho puntas de estrellas
y de aceros,
lo mágico es normal no
es nada raro,
retornan de las sombras
con descaro,
espíritus
valientes y guerreros.
Guardianes son sus muros
de la suerte,
ha escondido la Historia en cada esquina
secretos de la vida y de
la muerte.
Y allí donde el camino
se termina
vigila todavía el viejo
fuerte
la paz, anclado en la
colina.En agradecimiento a unos maravillosos días pasados en el Hotel Fuerte de la Concepción.
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