
La luna parece un plato roto
al que un gato negro
lame las heridas de tristeza y sal.
No llores luna,
que mis penas son mías esta noche
y las tuyas del mar
que recoge tu luz y tu sangre.
Una mariposa negra
ha muerto chamuscada en la farola
y cerca del mercado
huele a fruta podrida.
Mi carga de vacío es tan pesada
que no pueden mis hombros
con el peso de un mundo
que se desmorona
con todos mis sueños.
Si tuviera lágrimas
acaso llorara
pero nunca las tuve.
Busco ese bar
como en la tormenta el puerto
desvencijado el buque
vencido en la batalla.
Solo el líquido verde
con algo de azúcar
puede purificar mi alma
de niño corrupto.
La absenta esmeralda,
mágico brebaje,
alquímico y puro
que engaña al dolor
que llevo en los ojos.
Sólo así borracho
me miro al espejo
y supero el miedo
a morirme solo.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario