Vendrá la primavera
cogida de tu mano
encendiendo candelas
en mis ojos.
A la orilla del río
vestirán
los naranjos
un
blanco inmaculado
y
un familiar perfume
recorrerá
esas calles,
que
mi infancia recuerda
con
la dulzura triste
de
los sueños perdidos.
Encontraré
en tu boca
el
beso de la vida,
en
tus labios de niña
la
espina de la rosa.
Revestirá
de plata
mi
corazón viejo
tu
juventud de luna.
Las
sombras de mi cuarto
pintarás
de ilusiones,
colores
claros
sobre
un fondo negro.
Pero
será inútil,
los
dos sabemos
que
moriré en tus brazos
este
Abril que ahora llega.